Mi madrastra mete su lengua en mi chocha hasta que me vengo. Mi madre mete su lengua en mi chocha con pasión, apretando y lamiendo cada centímetro de mi piel. Sus manos se mueven por mi cuerpo como si buscara una sensación que ella no había experimentado en mucho tiempo.
El contacto de su lengua con mi clítoris me hace estremecer y unas oleadas de placer corren por mi vejiga y mi vagina. Al sentir que me acerco al orgasmo, ella aprecia su lengua aún más, recorriendo mi clítoris con destreza y habilidad.
Lamiendo coño y clitoris, mi madrastra se corre con mi vagina
Su respiración se vuelve jadeante y yo noto su cuerpo rígido contra el mío. Mi madre gana confianza y comienza a mover su lengua con más libertad, provocando que yo me convierta en un montón de carne gozando.
Mi cuerpo se tensa y me doy en una serie de rígidos espasmos mientras ella sigue lamiendo y chupando mi clítoris. El orgasmo es intenso y me deja sin aliento. Mi madre gana fuerza y continúa llevándome de nuevo al orgasmo, y luego al siguiente, y al siguiente, cada vez más profundo y placentero.
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Le chupo las tetas y la vagina a mi hijastra
Cuando creo que no puedo más, ella finalmente se detiene y me mira fijamente a los ojos. Tiene la boca roja y llena de mi sabor y veo que sus pezones se levantan pegados a su piel. Al ver la mirada en sus ojos, siento que mi cuerpo se pone caliente de nuevo y sé que no he llegado a la cima aún.
Mi madre sonríe y acaricia mi rostro con sus manos, luego mueve lentamente su lengua por mi clítoris una vez más, como si estuviera diciéndome que estamos solo empezando. Entonces, su lengua se adentra en mi vagina y comienza a moverse con destreza, llevándome a un orgasmo final, intenso y abrumador, que me hace perder el control y gritar su nombre entre dientes.
